Quizás esa es la deducción de un artículo publicado en la página digital Common Dreams en el que su autor advierte que el Partido Demócrata debe encontrar la manera de “igualar la pasión y el fervor (y la organización)” del movimiento conservador de base amplia MAGA (sigla en inglés de Hacer a Estados Unidos grande otra vez), de Trump, para logar sus objetivos.
Sin embargo, en este momento, el mayor error que están cometiendo los demócratas “es no darse cuenta de que los movimientos políticos y los partidos políticos son cosas muy diferentes”.
El material hizo algunas menciones históricas que vincularon al Partido Demócrata durante la administración Lyndon B. Johnson (1963-1969) al movimiento de Derechos Civiles de Martin Luther King y la aprobación de una serie de leyes como la de Derechos Civiles y Electorales.
También, “parte del Partido Demócrata estaba reclutando gente para un movimiento durante la campaña de Bernie Sanders en 2016, cuando decenas de miles de personas participaron en mítines”, recordó.
El propio senador expresó entonces: ‘Esta campaña no se trata sólo de mí. Se trata de construir un movimiento de solidaridad humana…’, apuntó el texto al indicar que lamentablemente ese empuje fue aplastado por el mismo establishment demócrata.
La revista estadounidense Mother Jones, perteneciente a la corriente liberal de izquierda, se preguntó en aquellos días “¿Bernie? ¿Puede un socialista despeinado de Vermont lograr un cambio para bien en la política?”, en referencia a su eventual nominación, pero evidentemente el Partido Demócrata prefirió a Clinton.
Si bien los demócratas condenan “el culto a Trump” y los medios de comunicación a menudo ridiculizan eso, la realidad es que nunca ha habido un movimiento exitoso en la historia que no haya tenido un líder carismático, apuntó Common Dreams.
Trump es un ser humano en general, horrible, pero tiene un carisma extraordinario “y puede ser muy encantador”, enfatizó y sobre todo “sabe cómo liderar un movimiento, y ese movimiento será su principal arma el próximo noviembre”, vaticinó.
A punto de terminar el año y entrar de lleno en el ciclo electoral 2024, el expresidente es amplio favorito entre sus rivales por la nominación del Partido Republicano.
Pese a su montaña legal su base de votantes se mantiene firme incluso ha logrado atraer, de momento, a determinados segmentos insatisfechos con la gestión del actual ocupante del Despacho Oval.
En recientes encuestas Trump lidera la preferencia electoral en hipotéticos enfrentamientos con Biden en siete estados indecisos, la mayoría ganados por el demócrata en 2020.
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