Ante las maniobras promovidas por el Ministerio Público (MP), organizaciones originarias y colectivos sumados a la resistencia pacífica respaldan la llegada a la silla presidencial de Bernardo Arévalo el próximo 14 de enero.
Las autoridades indígenas, que llevan poco más de 70 días plantadas contra las acciones de la Fiscalía para descarrillar el proceso electoral, convocaron a la movilización llamada Posada por la Democracia.
Saldrán desde la sede central de ese ente investigativo, donde exigen la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras, rumbo a instituciones del Estado y regresarán con la insistencia en el rechazo a quienes montan casos en busca de anular los comicios.
No vamos a prestarnos a un juego en el que se pretenda dudar de la honorabilidad de las personas que contaron el voto, resaltó el viernes último la presidenta del Tribunal Supremo Electoral, Blanca Alfaro.
La magistrada ratificó que los resultados de los sufragios están validados, oficializados y son inalterables, mientras recordó el amparo otorgado por la Corte de Constitucionalidad para garantizar la alternabilidad en el ejercicio del poder.
Organizaciones locales e internacionales coinciden en que las próximas cuatro semanas, hasta el cambio de Gobierno, serán críticas en este país.
Las movilizaciones comenzaron el 2 de octubre y hasta la fecha diversas delegaciones y caravanas de las comunidades ancestrales vienen desde distintos territorios y hacen turnos frente al MP durante 24 horas.
Detrás de la tarima instalada en ese lugar los líderes indígenas colocaron unos carteles con la cuenta regresiva para que llegue el momento de la transmisión de mando.
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