El sismo de magnitud 6,2 dejó hasta el momento al menos 105 fallecidos en la provincia de Gansu y 13 en la de Qinghai.
De acuerdo con los ministerios de Gestión de Emergencias y el de Finanzas, 150 millones de yuanes se destinaron a Gansu y el resto a la otra región afectada.
Por otro lado, la Cruz Roja de China inició su respuesta de emergencia de nivel II y envió grupos de trabajo a las zonas de desastre.
El organismo asignó cinco millones de yuanes (unos 704 mil dólares) en fondos de ayuda y proporcionó 700 tiendas de campaña, dos mil camas plegables, 12 mil 700 edredones, cuatro mil 500 abrigos acolchados de algodón y mil paquetes familiares.
Asimismo, el principal planificador económico de China también activó una respuesta de emergencia para garantizar el suministro de energía, electricidad y artículos de primera necesidad.
Li Chao, portavoz de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, informó que el ente trabaja con empresas locales para que reparen las instalaciones eléctricas dañadas, organicen el suministro de energía de emergencia y hagan todos los esfuerzos posibles para salvaguardar el sustento de las personas.
Con anterioridad, el presidente chino, Xi Jinping, orientó acelerar los esfuerzos de rescate luego del terremoto.
El sismo ocurrió a las 11.59 hora local del lunes 18 de diciembre y tuvo su epicentro en la frontera entre las provincias de Gansu y Qinghai, a 10 kilómetros de profundidad, según el Centro de Redes Sismólógicas de China.
El gobierno envió a la zona a mil 440 bomberos para apoyar en la respuesta al desastre y otros mil 603 pertenecientes a la región afectada y provincias vecinas se encuentran movilizados para desplazarse si resultara necesario.
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