Por Roberto Castellano
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Egipto
El-Sisi fue elegido por primera vez en 2014 tras conseguir el96,91 por ciento de los votos y en 2018 con 97 por ciento.
“Soy consciente del tamaño de los retos que hemos pasado y los que todavía estamos haciendo frente”, afirmó el mandatario tras anunciarse su victoria con el 89,6 por ciento de los votos válidos en los comicios celebrados en el país del 10 al 12 de diciembre.
Durante un discurso televisado, el jefe de Estado, de 69 años de edad, afirmó que la población egipcia no sólo lo apoyó a él, sino también por la causa palestina.
Al respecto, advirtió sobre “la guerra en curso en nuestras fronteras orientales, que requiere la movilización de todos nuestros esfuerzos para impedir su continuación”.
Precisamente, la agresión israelí contra el enclave costero elevó la tensión aquí, donde crecieron en las últimas semanas los temores por los planes de Tel Aviv de expulsar a los más de 2,3 millones de gazatíes.
En reiteradas ocasiones El Cairo advirtió contra ese proyecto y en consecuencia lanzó una ofensiva diplomática global para impulsar un alto el fuego, que derive relanzamiento del proceso de paz.
Como parte de su campaña en favor del pueblo palestino, esta capital acogió una cumbre para detener los combates al tiempo que el Gobierno designó al aeropuerto de El-Arish, en la nororiental península de Sinaí, como centro de ayuda internacional para la vecina Franja.
Al igual que con anterioridad, Egipto, junto a Qatar, se erigió como un actor clave en la mediación entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).
En declaraciones a Ahram Online, Nevine Mosaad, profesora de ciencias políticas en la Universidad de El Cairo, afirmó que la alta participación electoral puede atribuirse a la mayor conciencia de los egipcios sobre las amenazas a la seguridad nacional.
“Estas amenazas se derivan principalmente de los acontecimientos en Gaza y la precaria situación regional en países vecinos como Libia y Sudán”, subrayó en alusión a los conflictos que sufren ambas naciones vecinas.
Tales eventos repercutieron en toda la sociedad egipcia y evocaron la llamada Primavera Árabe en la conciencia colectiva, coincidió el experto y exsenador Abdel Moneim Said.
Los acontecimientos en Gaza, junto con las amenazas regionales a las que se enfrenta nuestro país infundieron miedo con respecto a los peligros potenciales, recalcó Said.
A ese problema se suma la difícil situación económica que atraviesa de la nación norafricana, como resultado en gran medida de las repercusiones de la Covid-19, la guerra en Ucrania y ahora el conflicto en Gaza.
La escasez de divisas, la alta inflación y la deuda, así como la devaluación de la moneda nacional son factores que inciden en esta nación, con más de 105 millones de habitantes.
El conflicto en la vecina Franja golpeó el turismo, una de las principales fuentes de ingresos nacionales, mientras, los sostenidos ataques de los rebeldes hutíes contra navíos en el Mar Rojo amenazan con reducir los ingresos del Canal de Suez, otro de los motores económicos
de Egipto.
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