La iniciativa legislativa también buscaba prohibir que las mujeres y niñas transgénero compitieran en equipos deportivos escolares femeninos.
El republicano, quien cree que el estado se entrometió en decisiones médicas privadas que solo competen a padres e hijos, dijo a los periodistas este viernes que tal prohibición “haría más daño que bien”.
DeWine es el segundo gobernador del Partido Republicano que veta semejante medida. En 2021, el entonces gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, rechazó la primera prohibición de atención médica en el país que afirmaba el género.
Explicó a la prensa que había pasado las últimas dos semanas desde que le entregaron el proyecto viajando por el estado en una “misión de investigación” que incluyó conversaciones con profesionales médicos y familias con niños transgénero.
Además, habló con quienes se oponen a tratamientos que incluyen bloqueadores de la pubertad, terapia de reemplazo hormonal y cirugía, añadió.
El proyecto de ley afectaría a un número muy pequeño de niños de Ohio, pero para aquellos menores que enfrentan disforia de género y para sus familias -subrayó-, “las consecuencias no podrían ser más profundas”.
«En última instancia, creo que se trata de proteger la vida humana», enfatizó el gobernador al referir que muchos padres confesaron que sus hijos “no habrían sobrevivido (hoy estarían muertos) si no hubieran recibido el tratamiento que recibieron en uno de los hospitales infantiles de Ohio».
Por eso «no puedo firmar este proyecto de ley tal como está redactado actualmente y hace apenas unos minutos, lo veté», concluyó.
Los republicanos de Ohio, que votaron abrumadoramente a favor del proyecto de ley, tienen supermayorías en ambas cámaras de la legislatura estatal y es probable que voten para anular el veto de DeWine.
Si un eventual intento de anulación tuviera éxito, los proveedores de atención médica en Ohio tendrán prohibido administrar atención de afirmación de género a menores y participar en conductas que “ayudan o incitan” en la administración de la atención.
Los profesionales de la salud mental no podrán diagnosticar ni tratar a un menor con una “condición relacionada con el género” sin el consentimiento de los padres del menor.
Para los defensores de la ley se trata de la protección de los niños y la necesidad de consentimiento informado, los detractores destacan la naturaleza discriminatoria de ese proyecto y elogian la decisión del gobernador como una señal de apoyo a vital a menores de edad y la comunidad LGBTQ+ de Ohio.
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