En el capitalino Palacio Nacional de la Cultura, sin la presencia del presidente Alejandro Giammattei, el director ejecutivo de la Comisión por la Paz y los Derechos Humanos, Ramiro Contreras, destacó que el tema es una prioridad.
Para alcanzar la paz es necesario el esfuerzo de la población, unido a las acciones gubernamentales mediante intervenciones reales, transparentes y eficientes, en búsqueda de dicho objetivo, afirmó el funcionario.
Contó que la entidad a su cargo, subordinada a la presidencia, tiene tres años de funcionamiento, en los cuales promovió transparentemente la consolidación de la democracia, la justicia y el respeto de los derechos humanos.
Entre las distintas acciones desarrolladas mencionó la creación de 17 sedes regionales a nivel nacional, al tiempo que remarcó la defensa efectiva e histórica del Estado de Guatemala.
Resaltó la implementación del programa “Embajador de la Paz”, iniciativa que reconoce la labor y acciones que impulsan las dependencias del Ejecutivo y otros actores sociales, desde sus competencias institucionales para el fomento de una cultura de paz y diálogo.
El cambio de la Rosa de la Paz corrió a cargo del comandante general de Bomberos Voluntarios, Giovanni Cordón; y del comisionado presidencial por la Libertad Religiosa, Robín Agustín García.
El Procurador de los Derechos Humanos de Guatemala, Alejandro Córdova, enfatizó esta mañana mediante un comunicado que aún persisten problemas sustantivos que los Acuerdos buscaban resolver.
Analistas políticos coincidieron en expresar que la actual administración del país ha hecho todo lo contrario a construir una cultura de paz.
“Todo ha sido corrupción, violencia, aumento de desalojos en todo el país, represión política y agresiones a defensores de derechos humanos”, aseveró el coordinador de la Unidad de Defensores de Derechos Humanos de Guatemala, Jorge Santos.
Doce acuerdos pusieron fin al conflicto, el último, el de la Paz Firme y Duradera, lo firmaron el 29 de diciembre de 1996 los cuatro comandantes de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, así como el entonces presidente Álvaro Arzú (1996-2000).
El propio Palacio Nacional sería la sede del acontecimiento, con la presencia de 10 Jefes de Estado y de Gobierno y otros dos mil invitados y delegados de diversos sectores.
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