Un comunicado de la Secretaría de Defensa indicó que otras 40 fueron rescatadas con lesiones de diversa gravedad, mientras equipos de salvamento intentan rescatar a las demás, aunque con pocas esperanzas de encontrarlas con vida.
El aparato, un C-130 Hércules, iba a tocar tierra, pero se pasó la pista y no pudo volver a tomar altura, presumiblemente por falta de energía en los motores.
La aeronave había partido de la ciudad de Cagayán de Oro y la mayoría de sus ocupantes eran soldados que serían desplegadas en Joló, en el Mindanao Musulmán de Filipinas, donde operan varios grupos extremistas islámicos.
El Ejército filipino refiere una larga lista de accidentes, muchos de ellos mortales, debido en parte al pobre mantenimiento de los aparatos, muchos de los cuales son de segunda o tercera mano. El de la fecha era una donación de Estados Unidos.
Hace unos 10 días, un helicóptero Black Hawk, también de fabricación norteamericana, se estrelló durante un entrenamiento al norte de Manila y causó la muerte a seis miembros de la tripulación.
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