Ausente por lesión durante 11 meses y medio, por diferencia horaria el país ibérico pudo disfrutar de la vuelta del mallorquín a los courts, quien se impuso de forma convincente al austriaco Dominic Thiem 7-5 y 6-1 en el torneo de tenis de Brisbane, Australia.
A sus 37 años y tras afrontar un largo periodo de recuperación por varias lesiones, el explosivo jugador zurdo, ganador de 22 Grand Slam, confirmó porque es uno de los tres jugadores más importantes de la historia de este deporte, junto con el serbio Novak Djokovic, y el ya retirado suizo Roger Federer.
Aunque en realidad no necesita redimirse, Nadal quiere recuperar su nivel anterior y pisarle los talones a Djokovic (24 Grand Slam) en la cima mundial. Si la salud lo acompaña, espera competir en dobles junto a la sensación española del momento, Carlos Alcaraz, en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Hace un año, un mal gesto en el Abierto de Australia en Melbourne, lesionó al oriundo de Manacor, en Mallorca, cuando enfrentaba al estadounidense Mackenzie McDonald.
En su nueva andadura, en la que es consciente de que además de Djokovic y Alcaraz hay muchos otros buenos tenistas jóvenes y ambiciosos, Nadal marcó a Brisbane, como su punto de partida.
No hay todavía metas ni pronósticos de su futuro y como el mismo jugador reconoció, si mucho temor, pero a la vez convicción de que, con disciplina y sacrificios, puede frenar a las lesiones.
ro/ft