El Sumo Pontífice dirigió también su pensamiento a cuantos trabajan para afrontar los daños y las muertes causadas por la colisión aérea ocurrida el martes último en Tokio, capital de esa nación asiática, indica una nota de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, divulgada en el sitio digital del diario Vatican News.
El temblor, de magnitud 7.6 en la escala de Richter, ocurrido en la península de Noto, el pasado 1 de enero, causó la muerte de al menos 65 personas y lesiones a otras 304, así como severos daños estructurales en la ciudad de Wajima, Ishikawa, así como en las prefecturas de Niigata, Fukui, Toyama y Gifu.
De acuerdo con los informes oficiales, hay cientos de casas derrumbadas en las localidades de Wajima, Suzu y Noto, así como distritos aislados debido a la interrupción de la red de carreteras, lo cual obstaculiza los esfuerzos de salvamento.
Por otra parte, el 2 de enero un avión de pasajeros Airbus A350-900 de la aerolínea Japan Airlines, chocó durante su aterrizaje en el aeropuerto Haneda, de Tokio, con un avión militar que participaba en las tareas de auxilio a las víctimas del terremoto ocurrido el día anterior.
De los seis efectivos a bordo de esa última aeronave murieron cinco, mientras que los 379 pasajeros del vuelo civil fueron evacuados a tiempo y se encuentran a salvo.
En la audiencia, que se efectuó a las 09:00 hora local de este miércoles, en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Obispo de Roma también recordó a los pueblos víctimas de conflictos bélicos.
Se refirió en particular al enfrentamiento bélico entre Israel y Palestina, durante el cual murieron ya más de 22 mil personas, víctimas de los bombardeos de Tel Aviv contra la Franja de Gaza, y habló además sobre el conflicto en Ucrania, así como acerca de la persecución de los rohingyas en Myammar.
“No olvidemos a las personas que están en guerra. La guerra es una locura. La guerra es siempre una derrota, siempre una derrota», reafirmó Francisco.
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