«La FAA (sigla en inglés de la agencia federal) requiere la inspección inmediata de algunos aviones modelo Boeing 737 Max 9 antes de que puedan volver a volar», precisó el administrador, Mike Whitaker.
El directivo dijo que «la seguridad continuará guiando nuestras decisiones, mientras asistimos en la investigación de lo ocurrido con el vuelo 1282 de Alaska Airlines».
«La seguridad es nuestra prioridad y lamentamos profundamente el impacto que este evento ha tenido en nuestros clientes y sus pasajeros», reaccionó Boeing.
Como sacado de una película hollywoodense, la aeronave soltó por los aires una ventana y una parte de su fuselaje poco después de haber despegado la tarde del viernes a más de cuatro kilómetros sobre Oregon.
El agujero creado succionó la ropa de un niño y obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia.
Milagrosamente ni los 174 pasajeros ni sus seis tripulantes sufrieron daños, al menos de gravedad. El avión despresurizado logró aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Portland unos 20 minutos después del despegue.
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