De acuerdo con Xinhua, el artefacto observará «misteriosos fenómenos transitorios en el universo comparables al parpadeo de los fuegos artificiales».
Según la Agencia Europea del Espacio, que participó en este proyecto liderado por la Academia China de Ciencias, se trata de una misión que explorará el cielo y buscará potentes estallidos de rayos X procedentes de misteriosos objetos celestes como estrellas de neutrones y agujeros negros.
El satélite permitirá avanzar en la comprensión de estos procesos y aprender más sobre aspectos fundamentales de la física de altas energías.
Expertos de la agencia europea aseguran que la sonda ayudará a identificar el origen de muchos de los pulsos de ondas gravitacionales que se observan en la Tierra.
Einstein Probe está equipado con una nueva generación de instrumentos de alta sensibilidad capaces de observar grandes áreas del cielo: el telescopio de rayos X de campo amplio WXT (Wide-field X-ray telescope) y el telescopio de rayos X de seguimiento FXT (Follow-up X-ray Telescope).
El satélite fue enviado al espacio con éxito por un cohete portador Gran Marcha-2C desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang, en la provincia suroccidental china de Sichuan.
Entre los hitos de la carrera espacial de Beijing se encuentran el rover que llegó a la parte oculta de la Luna y la construcción de la estación Tiangong o Palacio Celestial.
Además, el gigante asiático lanza de manera constante satélites con objetivos variados desde la teledetección, servicios comerciales, comunicaciones, meteorología hasta las investigaciones.
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