Fuerzas del Ministerio del Interior mantienen el control de la prisión, luego de la acción combinada de dos mil efectivos que redujo la resistencia de los presos rebeldes, con saldo de un uniformado muerto y 12 heridos entre ambas partes, declaró el director del penal, Luis Esquivel.
“Lo importante es que el Estado intervino en la penitenciaría por medio de este operativo que aún sigue en curso y están en poder de sus fuerzas el 100 por ciento de las dependencias de la cárcel”, añadió el directivo a la radioemisora.
La seguridad penitenciaria –explicó- está en manos de la Policía Nacional y de momento desconocemos si habrá nuevos traslados de internos, después de los miembros del clan Rotela transportados a otras prisiones el 18 de diciembre para descongestionar las celdas y debilitar la influencia de esa organización.
“El poder de decisión de los guardiacárceles es ahora limitado, pues el liderazgo pasó a los agentes, mientras la parte administrativa, judicial, y de sanidad es nuestra responsabilidad. Hay un antes y un después en Tacumbú tras el operativo”, aseguró el director del penal.
Los dos mil efectivos policiales y militares movilizados para la operación neutralizaron a mediados de diciembre al clan de narcotraficantes liderado por Armando Javier Rotela, que dominaba la cárcel y el sistema penitenciario nacional.
Las autoridades iniciaron los preparativos de la operación desde el 15 de agosto y los primeros días de setiembre, sobre todo mediante un proceso de recolección de información por parte de todas las agencias de inteligencia, con respaldo aéreo y de las Fuerzas Armadas.
Líderes de la acción contra los presos rebeldes conocieron a través de esas investigaciones la información de que los internos miembros del clan Rotela disponían de armas de fuego, algunas de alto poder de fuego capturadas a los guardias, junto a combustibles para provocar fuegos. “Los reos preparaban este momento -explicó la Policía. Se reunían todos los fines de semana para decidir cómo enfrentar a los intervinientes. Pero se hizo un trabajo muy milimétrico, que comenzó con unas cuantas detonaciones controladas como distracción para la incursión del grupo táctico.
Según fuentes oficiales, el Clan Rotela es una organización de carácter familiar que al inicio operó en el microtráfico de crack en barrios marginales, y después abarcó otras zonas hasta convertirse en una entidad de alcance nacional que controla el tráfico de drogas dentro y fuera de las prisiones.
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