Las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) utilizan la categoría de pobreza extrema para designar a los que ganan menos de 2,15 dólares por persona y día en términos de paridad del poder adquisitivo.
Según el organismo de Naciones Unidas, el año pasado creció también la cantidad de asalariados en situación de pobreza moderada (menos de 3,65 dólares), al sumar 8,4 millones de individuos.
De acuerdo con los cálculos, el desempleo mundial subirá durante el presente año, y “el aumento de las desigualdades y el estancamiento de la productividad son motivos de preocupación, agrega el informe de la OIT Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2024.
Es de esperar que las tasas de trabajo informal permanezcan estáticas, representando alrededor del 58 por ciento de la mano de obra mundial en 2024, sopesa el análisis.
Al decir de la OIT, la participación de las mujeres en el mercado laboral da señales de rápida recuperación tras la pandemia de la Covid-19, aunque todavía prevalece una notable brecha de género, especialmente en las naciones emergentes y en desarrollo.
Pese al deterioro de las condiciones económicas internacionales, los mercados labores mostraron hasta ahora una “sorprendente resiliencia”; pero nuevas vulnerabilidades y las múltiples crisis precedentes “están erosionando las perspectivas de una mayor justicia social”, advierte el informe.
En 2023, la tasa de desempleo mundial fue de 5,1 puntos porcentuales, eso supone una modesta mejoría en relación con 2022, cuando se situó en 5,3 por ciento; “sin embargo, por debajo de estas cifras empieza a aflorar una fragilidad” de superior alcance.
Para 2024 se espera que dos millones de trabajadores más busquen ocupación, lo que elevaría la tasa de desempleo mundial del 5,1 en 2023 al 5,2 por ciento, argumenta el estudio.
Hasta en las principales economías, los ingresos disponibles disminuyeron en 2023, así ocurrió en la mayoría de los países miembros del Grupo de los 20 (G20); y en general, la OIT descartó que pueda compensarse rápidamente la erosión de los niveles de vida resultante de la inflación.
Además, persisten importantes diferencias entre las naciones: por ejemplo, la tasa de desempleo en 2023 se mantuvo en el 4,5 por ciento en los países de renta alta y fue del 5,7 por ciento en los de renta baja, ilustra la investigación.
«Este informe mira más allá de las cifras principales del mercado laboral y lo que revela debe ser motivo de gran preocupación. Empieza a parecer que estos desequilibrios no son simplemente parte de la recuperación pandémica, sino estructurales», declaró el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo.
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