Lofven, quien renunció el pasado 28 de junio tras convertirse en el primero en activo en ser censurado por el legislativo, accedió a la propuesta del presidente del Parlamento, Andreas Norlén.
La opción de Norlén tomó cuerpo el jueves después que el líder de la oposición, el conservador Ulf Kristersson, no tuvo suficiente apoyo para formar gobierno.
El jefe del legislativo intenta así tener lo antes posible un ejecutivo para no forzar unas elecciones anticipadas, que serían las primeras desde 1958. Los próximos comicios deben ser en septiembre de 2022.
Lofven perdió el 21 de junio una moción histórica debido a que el Partido de Izquierda, aliado externo suyo, apoyó la iniciativa presentada por el ultraderechista Demócratas de Suecia, respaldada también por conservadores y democristianos.
El primer ministro, que deberá evitar que se forme una mayoría absoluta en su contra (175 escaños de 349), gobernaba en minoría gracias a un acuerdo de enero de 2019 con liberales y centristas que rompió la política de bloques y permitió aislar a la ultraderecha, tercera fuerza parlamentaria.
No obstante, aunque logre su investidura el gobernante se arriesga a una nueva crisis política cuando se vote el presupuesto en el otoño boreal, para lo cual se requiere una mayoría absoluta.
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