La movilización está programada para realizarse frente a la capitalina sede del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático, dirigido por Marina Silva.
Fue convocada por la Asociación Nacional de Servidores de la Carrera de Especialista en Medio Ambiente (Ascema).
Desde el 1 de enero, los funcionarios paralizaron las actividades externas, incluyendo las operaciones contra el crimen ambiental del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama).
El objetivo es presionar al Gobierno federal para retomar las negociaciones con la carrera de especialista en medio ambiente, compuesta por más de ocho mil servidores del Ibama, el Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad, el Servicio Forestal Brasileño y otros organismos.
La Ascema asegura que las reivindicaciones buscan también dar sustentabilidad a la política ambiental del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Con déficit de servidores y desfase salarial, la categoría dice estar sobrecargada delante del empoderamiento del crimen en los años de gestión de Jair Bolsonaro (2019-2022).
«Esta suspensión de actividades externas seguramente tendrá impactos significativos en la preservación del medio ambiente y atribuimos eso a los 10 años de total abandono de la carrera del servicio público que más sufrió acoso y persecución a lo largo del gobierno (anterior)», señala la carta de los funcionarios del Ibama.
La categoría remitió en octubre de 2023 al Ministerio de Gestión (MGI) una propuesta que prevé equiparar el salario con los técnicos de la Agencia Nacional de Aguas y la creación de gratificaciones para servidores atestados en áreas remotas o que conducen actividades de riesgo.
El MGI informó esta semana a los trabajadores que la mesa temporal de negociación se reanudará el 1 de febrero.
Los empleados prometen mantener la movilización y predicen el crecimiento de la adhesión al paro.
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