Según datos ofrecidos por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) entre los seis millones de desplazados, están incluidos más de medio millón por la agudización de los enfrentamientos armados en el estado de Gezira, en el centro-este del país donde se intensificaron los combates.
La Ocha calificó la guerra en Sudán como una catástrofe humanitaria que provocó la mayor crisis de desplazamiento en el mundo de los últimos tiempos.
Asimismo denunció en incremento de los casos de cólera que notifican ya nueve mil casos sospechosos, incluidas 245 muertes, en nueve estados.
Recientemente, la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), para Sudán, Eddie Rowe, advirtió que la velocidad con la que aumentó el hambre en este país durante este último año es alarmante.
Según esa entidad de Naciones Unidas ya son casi de 18 millones de personas con riesgo de inseguridad alimentaria, con más fuerza en Jartum, Darfur y Kordofán, lo que demuestra una rápida evolución de la crisis.
Los enfrentamientos en Sudán estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST), al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos con grado de general, se disputan el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir.
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