El órgano regulador de la aviación civil en el país dijo que el incidente del pasado 5 de enero con el vuelo 1282 de Alaska Airlines que cubriría la ruta desde Portland, Oregon, a Ontario, California, “nunca debió suceder y no puede volver a suceder”.
La FAA subrayó en su información que llevará a cabo “una auditoría que involucrará la línea de producción del Boeing 737-9 MAX y sus proveedores para evaluar el cumplimiento de Boeing con sus procedimientos de calidad aprobados”.
Además, los resultados del chequeo -dijo- “determinarán si son necesarias auditorías adicionales».
Como un hecho insólito el avión hizo un aterrizaje de emergencia al quedar con un enrome agujero en un costado al perder una ventanilla o puerta en la cabina a unos 16 mil pies de altura.
Milagrosamente ni los 174 pasajeros ni sus seis tripulantes sufrieron daños, al menos de gravedad. La aeronave despresurizada logró regresar al Aeropuerto Internacional de Portland unos 20 minutos después del despegue.
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