Los avances van desde equipos que interfieren las comunicaciones hasta armas láseres experimentales, según reportó NBC News.
En los proyectos trabajan importantes contratistas de defensa como Raytheon y Lockheed Martin hasta nuevas empresas tecnológicas que producen «simuladores de GPS» que “convencen” a un dron de que está en otro lugar, entre otros productos.
Los investigadores de Bard College descubrieron en un informe de 2019 que ya había una importante inversión en el sector, con 277 fabricantes trabajando en algún tipo de contramedidas para los aviones no tripulados.
Analistas aseguran que ya se están implementando algunas de las contramedidas en los aeropuertos de Europa, al menos para detectarlos.
La Administración Federal de Aviación también probó sistemas en aeropuertos estadounidenses.
El DHS trató de acelerar la investigación de productos y prototipos, formando asociaciones con al menos dos universidades (la estatal de Oklahoma y la Universidad de Dakota del Norte).
De acuerdo a los reportes, las empresas tecnológicas y las agencias gubernamentales estadounidenses se apresuran a desarrollar defensas contra posibles ataques terroristas con aviones no tripulados.
Esta es una amenaza que les preocupa cada vez más a los expertos en seguridad ante el aumento de la presencia de los drones en los conflictos de Israel, Ucrania y Yemen. jha/dfm