La evidencia existente sugiere que los niveles de sonido informados en estudios de más de 50 mil personas a menudo se aproximan o superan los límites de seguridad permitidos, concluyen los expertos.
Alertaron que debido a la popularidad de estos juegos, se necesitan mayores esfuerzos de salud pública para crear conciencia sobre los riesgos potenciales que estos engendran.
Subrayaron que si bien se reconoce que los audífonos y los locales de música son fuentes de niveles de sonido potencialmente peligrosos, se presta relativamente poca atención a los efectos de los videojuegos, incluidos los deportes electrónicos, sobre la pérdida auditiva.
Los jugadores —que según estimados en 2022 alcanzaron la cifra de tres mil millones en el planeta— suelen jugar con niveles de sonido de alta intensidad y durante varias horas seguidas, añadieron.
«Los hallazgos sugieren que puede ser necesario priorizar intervenciones, como iniciativas centradas en la educación y la concientización sobre los riesgos potenciales de los juegos, que puedan ayudar a promover una escucha segura entre los jugadores», apuntaron.
En este contexto, consideraron esencial realizar más investigaciones para fundamentar las medidas preventivas y las iniciativas de políticas globales.
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