Tal disposición exime a la administración pública directa e indirectamente de realizar licitaciones para la compra de estos antídotos, ‘incluso antes del registro sanitario o de la autorización temporal de uso de emergencia’.
Libera también a la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) para que conceda, excepcionalmente, autorización para la importación y distribución de ‘cualquier vacuna’ e insumos sujetos a cuidados contra el patógeno que aún no tengan registro en el órgano regulador.
Sin embargo, la medida indica que esta liberación sumaria solo ocurrirá con productos autorizados por las agencias gubernamentales de salud de Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, China o el Reino Unido.
Asimismo, el texto refuerza que la aplicación de los inmunizantes debe obedecer a lo previsto en el Plan Nacional de Vacunación contra la Covid-19, del Ministerio de Salud.
El 11 de febrero, la Secretaría Municipal de Salud de Río de Janeiro alertó que podría detener su programa que se cumple en el estado por la falta de fármacos. La víspera interrumpió la campaña.
La suspensión duraría casi una semana, hasta el 23 de febrero, cuando se reciba del Gobierno federal ‘una nueva remesa de dosis’, señala un comunicado.
Hasta la fecha, la turística urbe carioca vacunó con la primera porción a más de 280 mil personas, que lo coordinó por edades.
La previsión es recibir nuevos envíos de la droga desarrollada por la Universidad de Oxford (Reino Unido) y la empresa anglo-sueca AstraZeneca (sin especificar fecha), y el 23 de febrero otro lote de CoronaVac, elaborada por el laboratorio chino Sinovac.
El inmunizante Oxford/AstraZeneca se aplica en Río, junto con CoronaVac. Otras ciudades de la Región Metropolitana, como Niterói y São Gonçalo, llegaron a interrumpir la campaña por falta de vacunas.
Por su parte, en Salvador, capital del estado de Bahía (noreste), el secretario de Salud, Léo Prates, anunció la suspensión de la vacunación en profesionales de la salud y el aplazamiento para personas menores de 85 años hasta la llegada de nuevas cantidades.
Juazeiro do Norte, municipio en el interior de Ceará, paró asimismo la inoculación en los ancianos.
Expertos de la salud pública consideraron que en las primeras semanas predominó el desorden, la falta de planificación y errores en la campaña de vacunación antiCovid-19 del Gobierno de Jair Bolsonaro.
Brasil acumula hasta el momento 242 mil 90 pérdidas humanas y nueve millones 978 mil 747 contagios por el patógeno.
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