El estudio también mostró que las razas de perros más pequeños pueden tener sus propios riesgos únicos para la salud.
Los investigadores se centraron específicamente en el tamaño del perro, buscando posibles asociaciones entre este aspecto y una gran lista de condiciones de salud, y para ello observaron datos de más de 27 mil canes de 238 razas.
En general, descubrieron que los perros más grandes tenían más probabilidades de tener muchos problemas de salud diagnosticados diferentes que los más pequeños.
Estos incluían cáncer, enfermedades del oído, la nariz y la garganta, afecciones neurológicas y problemas gastrointestinales.
Sin embargo, los perros más pequeños tenían más probabilidades de desarrollar padecimientos oculares, cardíacos, hepáticos y respiratorios.
Mientras, el riesgo de afecciones renales y urinarias parece ser el mismo para ambos grupos.
Estos patrones se mantuvieron incluso después de que los especialistas intentaron tener en cuenta factores como el sexo, el lugar donde vivían estos animales y si eran de raza pura o mixtas.
Pero tanto la edad como el tamaño parecían influir en el riesgo de que un perro desarrollara muchas afecciones de salud a lo largo de su vida.
A diferencia de algunas investigaciones anteriores, por ejemplo, los autores descubrieron que los perros más grandes tenían más posibilidades de tener problemas relacionados con las hormonas, particularmente hipotiroidismo (una tiroides hipoactiva, lo que resulta en aumento de peso, letargo, problemas de piel, entre otras afecciones).
Si este mayor riesgo es genuino, entonces un mayor reconocimiento de esto podría ser de gran utilidad para ayudar a los perros grandes a mantenerse más sanos, especialmente porque los tratamientos para el hipotiroidismo son relativamente fáciles y económicos de proporcionar, señalaron los autores.
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