DeSantis, quien ingresó a las primarias presidenciales de su partido como la mayor amenaza de Donald Trump, anunció este domingo el fin de su empeño por llegar a la Casa Blanca casi una semana después de su decepcionante papel en Iowa y a unas 48 horas de las primarias en New Hampshire, donde apenas tiene seis por ciento de apoyo.
Este es un golpe devastador para el político que fue visto hace pocos meses como “estrella en ascenso” de los republicanos y la decisión no es más que el resultado de lo que ya habían anticipado los expertos.
Algunos creen que DeSantis tardó demasiado en atacar al expresidente y otros creen que su equipo subestimó a la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, que por cierto, había declarado que la pelea por la nominación sería una cuestión de dos, ella y Trump.
El pasado 15 de enero, el empresario Vivek Ramaswamy dejó la competencia luego de un resultado muy malo en los caucus de Iowa, donde el exmandatario se anotó una victoria convincente.
La salida de Ramaswamy -quien ofreció su apoyo a Trump al igual que ahora DeSantis- siguió a la deserción que días antes tuvo el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, que sí dejó claro que haría todo lo posible por que el magnate no regresara a la mansión ejecutiva.
A finales de 2023, el senador por Carolina del Sur Tim Scott -que igualmente dio a conocer su respaldo a Trump- y el ex vicepresidente Mike Pence también tiraron la toalla.
Ahora la pelea se centrará en Trump-Haley. En New Hampshire las primarias serán el 23 de enero y el exocupante del Despacho Oval cuenta con el 50 por ciento de intención de voto, mientras la exmebajadora en la ONU tiene el 39 por ciento.
De momento, encuestas, analistas y medios han coincidido en los pronósticos. Iowa y los que fueron quedando en el camino subrayaron la marcha arrolladora de Trump, pese a todo.
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