El Sumo Pontífice resaltó que la belleza del trabajo de los corresponsales es “fundarlo sobre la roca sólida de la responsabilidad de la verdad, no sobre las frágiles arenas de la charla y de las lecturas ideológicas; que consiste en no ocultar la realidad e incluso sus miserias”.
La labor de los comunicadores se debe realizar, “sin suavizar las tensiones, pero al mismo tiempo sin hacer ruido innecesario, intentando captar lo esencial” aseveró el Papa en sus palabras a los miembros de la Asociación internacional de periodistas acreditados ante la Santa Sede.
“Ser periodista es una vocación, un poco como la de un médico, que elige amar a la humanidad curando sus enfermedades”, tocando “las heridas de la sociedad y del mundo”, apuntó Francisco, quien pidió a los profesionales de la noticia que «volváis a las raíces de esta vocación” y “recordéis la llamada que os une en tan importante tarea”.
“¡Cuánta necesidad de saber y contar, por un lado, y cuánta necesidad de cultivar un amor incondicional por la verdad, por el otro!” manifestó, y citó al papa San Juan XXIII al enfatizar la importancia de “construir puentes de conocimiento y comunicación en lugar de surcos de división y desconfianza”.
“Quisiera agradecerles no sólo lo que escriben y transmiten, sino también su perseverancia y paciencia para seguir día tras día las noticias que llegan de la Santa Sede y de la Iglesia” con una “delicadeza de alma que se suma a la habilidad periodística”, expresó el papa Francisco.
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