La organización SOS Journalistes condenó enérgicamente las agresiones sufridas por varios reporteros durante las manifestaciones callejeras celebradas el miércoles 7 y el jueves 8 de febrero de 2024, en la capital y en varias ciudades de provincia.
En su comunicado SOS Journalistes pidió al alto mando de la policía que tome medidas inmediatas para identificar y castigar a los responsables.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) mostró también su preocupación por la violencia y las presiones que deben soportar los periodistas hoy en Haití para realizar su trabajo diario.
El organismo internacional condenó los ataques cometidos contra los reporteros que cubren las protestas antigubernamentales en el país caribeño, y pidió respeto a la libertad de prensa, y el derecho a la información.
La preocupación de la Unesco se hace pública en medio de un proceso de investigación que adelanta la Dirección General de la Policía Nacional de Haití, sobre un caso de abuso excesivo contra un miembro del sector periodístico.
Dicha institución fue emplazada por integrantes del gremio que exigen justicia para el periodista Jean-Marc Jean, que perdió un ojo tras ser alcanzado en la cara por una bomba de gas lacrimógeno el jueves 8 de febrero.
Por su parte, la emisora Radio UNI FM condenó la brutalidad policial contra su corresponsal en Cabo Haitiano, Love-Marckendy Paul.
El reportero fue víctima de agresiones físicas el 7 de febrero de 2024 por parte de un agente de la Oficina de Lucha contra el Narcotráfico, cuando cubría una manifestación antigubernamental. Como consecuencia de esta brutalidad policial, su equipo de trabajo resultó dañado.
En tanto el diario Le Nouvelliste, contabiliza a varios periodistas afectados durante las recientes protestas contra el primer ministro, Ariel Henry.
El 7 de febrero, Ymozan Wilborde, de Tande Koze, un medio que transmite en redes sociales, fue alcanzado por una bala en la pierna izquierda, mientras que Stanley Belfort, corresponsal de Island TV, recibió un disparo en la mano cuando cubrían una manifestación en la ciudad de Jérémie.
Los ataques incluyen el robo de equipos, como ocurrió en esa misma localidad al periodista Lémy Brutus, reportero de Grandans Bèl Depatman.
Ese mismo día, el periodista Alain Charles resultó herido de bala durante un ataque de la pandilla Kokorat San Ras a una comisaría en Gros-Morne.
En 2023 un estudio divulgado por la Unesco subrayó que los reporteros corren graves riesgos en el ejercicio de su profesión, son mal pagados y para sobrevivir realizan a veces actividades incompatibles con oficio.
Entre el año 2000 y 2022, fueron asesinados 21 periodistas en Haití, según un recuento de la Unesco.
El estudio –basados en datos del Departamento de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Estatal de Haití- señala que existe también violencia contra el gremio debido a una intolerancia a la crítica, y una incomprensión del papel de los medios.
Rara vez –resalta la Unesco- se esclarecen las agresiones a periodistas, especialmente en las provincias.
El informe del organismo internacional advierte que los medios generalmente se abstienen de investigar temas sensibles como la corrupción o el narcotráfico, prefieren versionar textos de las organizaciones de derechos humanos en lugar de producir sus propias pesquisas, esta autocensura responde al instinto de supervivencia en un contexto tan hostil para la profesión.
Puntualiza la Unesco que existe la protección constitucional a la libertad de expresión, pero en la realidad no existe el pluralismo de pensamiento en este aspecto.
En cuanto al derecho de acceso a la información, es inexistente tal mecanismo en Haití, pues las autoridades se comunican según su voluntad o sus propios intereses, puntualiza la investigación del ente internacional.
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