Grupos como Da’esh, Al-Qaeda y sus afiliados explotan las dinámicas y fragilidades de los conflictos locales antes de avanzar en sus agendas, al tiempo que destrozan el tejido social en países enteros con violencia, desconfianza y miedo, aseveró el titular de la ONU.
Durante un encuentro del Pacto Mundial contra el Terrorismo sobre la región, el alto representante alertó que ese infierno creciente está envolviendo a millones de africanos, incluso a mujeres y niñas, que son profundamente vulnerables a la violencia sexual y de género.
Guterres llamó la atención por el alza de esas actividades que amplían el alcance de las redes continentales con más combatientes, financiación y armas, y forja vínculos con grupos del crimen organizado transnacional.
Su accionar propaga miedo, miseria e ideologías de odio a través del ciberespacio, mientras los civiles pagan el precio más alto, agregó al reconocer entre las zonas más afectadas a la parte oriental de la República Democrática del Congo, Mozambique, el Sahel, Benin, Togo y Somalia.
“Cada amenaza terrorista, cada ataque violento y extremista socava nuestros esfuerzos compartidos para construir y mantener la paz, el desarrollo y la estabilidad en África”, lamentó el máximo responsable de la ONU.
El camino para frenar el terrorismo, agregó, debe estar anclado al desarrollo sostenible e inclusivo y a los derechos humanos.
“Por África, por los africanos y por el mundo que compartimos, sigamos unidos y forjando nuevas soluciones para eliminar esta sombra, de una vez por todas”, convocó el diplomático portugués.
El Pacto Mundial contra el Terrorismo quedó establecido como parte de la reforma de la arquitectura para la lucha contra su expansión por iniciativa del secretario general.
Su objetivo es fortalecer un enfoque de acción común de las Naciones Unidas para apoyar a los estados miembros, a petición de estos, en la implementación equilibrada de la estrategia global contra esa actividad.
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