La agrupación la integran miembros del servicio activo de las fuerzas armadas, así como de la Guardia Nacional de una veintena de estados, y su tarea es ayudar a monitorear las entradas no autorizadas y alertar a los agentes de la Patrulla Fronteriza, añadió la publicación especializada en temas castrenses.
Actualmente el Pentágono tiene en ese límite binacional tres mil 800 efectivos, para enfrentar la crisis migratoria agravada tras la toma de posesión del presidente Joe Biden en enero pasado.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, aprobó el 23 de junio pasado una solicitud para extender la misión que apoya al Departamento de Seguridad Nacional a lo largo de la frontera suroeste.
Austin autorizó hasta tres mil soldados para servir en la misión, que es inferior a los cuatro mil aprobados para participar en tales tareas para el año fiscal 2021, que culmina el 30 de septiembre próximo.
El Departamento de Defensa gastó hasta la fecha más de 840 millones de dólares en la misión, según un informe emitido en febrero de este año por la Oficina de Responsabilidad del Gobierno.
En abril de 2018 el expresidente Donald Trump envió por primera vez tropas de la Guardia Nacional a la frontera sur y agregó personal en servicio activo a la misión seis meses después.
La cantidad de migrantes que llegan al borde fronterizo entre Estados Unidos y México creció de forma inusitada en meses recientes, desde que asumió el gobierno de Biden, y según cifras del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), más de 180 mil indocumentados fueron detenidos en la zona.
De ellos, más de 112 mil fueron expulsados casi de inmediato, lo que se debe a que la administración Biden sigue usando el Título 42, una orden de salud pública que Trump invocó en marzo de 2020 al comienzo de la pandemia, para repatriar a los migrantes sin permitirles buscar asilo.
Más de 18 mil infantes no acompañados cruzaron la frontera en marzo, según cifras de CBP; el número mensual más alto registrado anteriormente fue de más de 11 mil niños que cruzaron en mayo de 2019.
Cuando Biden asumió el cargo en enero, puso fin a la construcción de un muro fronterizo físico iniciado por Trump, pero mantuvo a las tropas en su lugar.
Estas misiones federales están separadas de las desarrolladas actualmente a nivel estatal en Arizona y Texas, donde los gobernadores republicanos no están de acuerdo con la forma en que la administración Biden maneja la seguridad en el límite binacional.
Ambos estados activaron a cientos de miembros de la Guardia para que sirvan en la frontera en apoyo de la aplicación de la ley estatal, mientras Dakota del Sur y Arkansas anunciaron el mes pasado planes para desplegar tropas de la Guardia para apoyar la misión dirigida por el estado de Texas.
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