El método se utilizará mañana por primera vez en el país y algunos expertos consideran que podría conducir al dolor excesivo o incluso a la tortura.
Hace más de un año, el estado tuvo que suspender un intento de ejecutarlo con inyección letal ante la imposibilidad de colocarle una vía intravenosa.
Smith y su representación legal solicitaron la semana pasada al Tribunal Supremo que suspendiera el procedimiento y así poder argumentar que intentar una ejecución por segunda vez significaba un castigo cruel e inusual que violaría las enmiendas 8 y 14.
El estado se opuso a la apelación de Smith, al señalar esta semana en una presentación ante la Corte Suprema que el método que se aplicará “es mucho mejor que el que Smith le dio a Elizabeth Sennett hace casi 36 años”, refiriéndose a la víctima en el caso.
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