«Hoy hace cinco años del crimen que dejó a Brumadinho (municipio del estado Minas Gerais (sudeste) bajo el barro, quitando vidas y destruyendo el medio ambiente. Cinco años y Vale no hizo nada para reparar la destrucción causada», señaló Lula en la red social X (antiguo Twitter).
Estimó que resulta «necesario el amparo a las familias de las víctimas, recuperación ambiental y, principalmente, fiscalización y prevención en proyectos de minería, para no tener nuevas tragedias como Brumadinho y Mariana», esta última otra represa que colapsó el 5 de noviembre de 2015 y también involucra a Vale.
Además de los 270 muertos, la tragedia de Brumadinho golpeó comunidades y la flora y fauna de la región minera.
Aún quedan tres cuerpos sin aparecer enterrados en el barro.
La minera firmó un acuerdo de reparación el 4 de febrero de 2021, con el Gobierno de Minas Gerais, los ministerios Público Federal y el estadual y la Defensoría Pública minera.
Con un valor estimado de 37,7 mil millones de reales (cerca de ocho millones de dólares), el acuerdo define las obligaciones de la compañía multinacional para hacer la reparación socioeconómica y socioambiental de la catástrofe.
Tras el quiebre de los diques de contención de la presa el 25 de enero de 2019 se liberó un torrente de lodo y residuos mineros (más de 12 millones de metros cúbicos) que arrasó con todo lo que encontró a su paso.
Tal calamidad es la séptima en enlutar al estado en apenas 15 años, una media superior a una ruptura cada dos años (1,85 años).
En la ocasión, un análisis del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), con base a imágenes de satélite del colapso en Brumadinho y mapas anteriores a la tragedia, reveló que se perdieron aproximadamente 125 hectáreas de bosques.
La cifra equivale a más de un millón de metros cuadrados o a 125 campos de fútbol.
El área donde ocurrió el quiebre minero pertenece a la formación forestal de Mata Atlántica (formación vegetal neotropical presente en Brasil, Paraguay y Argentina), en transición para Cerrado (amplia ecorregión nacional de sabana tropical), que comienza a pocos kilómetros río abajo.
Considerando el área de lodo registrado, la pérdida de hábitat afectó incluso a conjuntos de bosques y fragmentó y dificultó la conectividad de esas áreas.
El infortunio completó cinco calendarios con el proceso criminal sin perspectiva de juicio final.
De los 16 acusados en la corte, al menos uno no ha sido citado.
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