El portal R7 asegura que los parlamentarios brasileños también evalúan la posibilidad de bajar el horario sin reducción salarial, mediante acuerdo entre empleados y empleadores.
Ambas propuestas deben estar en la agenda de discusión parlamentaria en el año legislativo 2024, que comienza el 1 de febrero.
En el mundo, el país con mayor carga horaria semanal promedio es Bután, con 54,4 horas semanales, más de nueve horas diarias, seis días a la semana.
La media más baja es de Vanuatu, en Oceanía, que tiene una jornada promedio de 24,7 horas semanales, poco más de cuatro horas, si se considera una semana laboral de seis jornadas.
De autoría del senador Weverton Rocha, el Proyecto de Ley (PEC) volvió a ganar destaque después que empresas nacionales se adhirieron a un experimento internacional que prueba el modelo de cuatro días de trabajo por semana.
En este caso, el desafío es reducir la carga de los empleados y mantener la productividad. Las empresas que se unieron a las pruebas recibieron capacitación, conferencias, diagnóstico organizacional de los equipos y seguimiento individualizado.
Aprobado por la Comisión de Asuntos Sociales del Senado, el texto busca fijar en 14 horas por semana el intervalo disponible para negociación entre empleador, empleado y sindicato, por medio de convenios colectivos.
Tal negociación está condicionada a la preservación de los salarios actuales. De esta forma, el total de horas trabajadas podría ajustarse a hasta 30 horas semanales.
Como hubo recurso para el examen en el pleno, ahora el contenido será votado por todos los senadores. Si se aprueba, pasa a la Cámara de Diputados.
La PEC que reduce la carga horaria máxima para 36 horas semanales fue presentada hace 25 años por el entonces diputado Paulo Paim, actualmente senador.
Otra propuesta está en trámite en la Cámara baja, presentada por el legislador Reginaldo Lopes en 2019.
Los dos textos prevén que la Constitución se modificaría para reducir la jornada laboral sin perjuicio del salario.
A diferencia del proyecto que está en el Senado, la versión de Diputados impone un plazo de 10 años para que la novedad sea puesta en práctica.
Las propuestas son apoyadas por un estudio del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos, el cual afirma que la reducción de la jornada a 40 horas semanales generaría más de tres millones de nuevos puestos de trabajo.
En un segundo momento, con la disminución a 36 horas semanales, aproximadamente seis millones de ocupaciones serían creadas, según la investigación.
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