El órgano de Naciones Unidas evaluará el impacto de la crisis en el país y el vecino Sudán del Sur a donde llegan muchos de los desplazados y la violencia desde que estallaron las hostilidades entre el ejército nacional sudanés y la milicia RSF.
De acuerdo con el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos Radhoune Noucier, la guerra afecta desde las garantías básicas hasta la economía y el sistema legal, lo que demanda un alto el fuego urgente.
De 45 millones que vivían en el país, más de siete millones fueron desplazados de forma interna y hacia naciones vecinas, mientras la mitad de la población total necesita asistencia humanitaria, según la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA).
Más de 13 mil personas murieron y otras 26 mil resultaron heridas desde que comenzó el conflicto, según alerta el último informe de la OCHA publicado la semana última.
La expansión de las hostilidades a Wad Madani, la segunda ciudad más grande y situada a unos 140 kilómetros al sureste de la capital, deterioró aún más la situación de civiles provenientes de Jartum, y otras demarcaciones afectadas por la violencia.
El país es escenario de la mayor crisis de desplazados del mundo según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
La llegada de los combates a Wad Madani provocó la salida de más de medio millón de personas a inicios de enero, una cifra que sigue en ascenso y que incluye a muchos que ya habían abandonado antes sus hogares.
El contexto para la población desplazada exige atención mundial y un alto el fuego inmediato, aseguró la directora general de la OIM, Amy Pope, tras confirmar personalmente el impacto devastador durante una reciente visita al este de Chad.
Ese organismo estima que seis millones de personas abandonaron sus hogares y huyeron a otras partes de Sudán desde que inició la crisis, mientras que 1,7 millones de civiles han buscado refugio a través de las fronteras de Sudán del Sur, Chad, Etiopía, Egipto, la República Centroafricana y Libia.
“Se necesita urgentemente un alto el fuego para que la gente pueda reconstruir sus vidas con dignidad. No debemos dar la espalda al sufrimiento de millones de personas afectadas por un conflicto tan devastador”, afirmó Pope.
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