Fundada por la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en esta tercera ocasión, la cita continuará multiplicandose alrededor del mundo para llegar a 50 ciudades de 23 países, con 124 sedes, entre ellas por vez primera la ciudad de El Vaticano.
En lo que resta de julio será muy movida la BienalSur que, tras su pistoletazo inicial en Salta seguirá por Bogotá (Colombia), Tokio (Japón) y Málaga (España).
Según los organizadores más de cinco mil 500 proyectos fueron presentaron a la convocatoria abierta a esta edición, proveniente de 85 países que fueron evaluados por un jurado internacional de reconocidos curadores que hizo la selección final. Las cifras superaron las anteriores citas de 2017 y 2019.
Conducida por Anibal Jozami, rector de la Universidad, y Diana Wechsler, director general y artística, la cita de las artes visuales llegará hasta diciembre próximos a capitales como París, Madrid, Japón, Berlín y otras sedes singulares como el Cuzco en Perú, Manama, en Baréin, en el golfo Pérsico y Jeddah en Arabia Saudita.
Al decir de Jozami, lejos de imponerse sobre culturas, instituciones o colectivos, la Bienal transita la singular cartografía que diseña en cada edición, buscando escuchar, aprender y trabajar de manera situada pero sin perder la perspectiva global para activar y contribuir a restaurar los hoy tan necesarios lazos comunitarios.
Hoy el Museo provincial de Bellas Artes Lola Mora de Salta abrirá esta gran vitrina con la exposición La escucha y los vientos. Relatos e inscripciones del Gran Chaco, que integra a artesanas, activista de pueblos originarios, artistas y cineastas, con curaduría de la argentina Andrea Fernández y la alemana Inka Gressel.
Conciencia ecológica, modos de habitar, mundos digitales y políticas del arte, son varios de los temas que irán de la mano este año en la Bienal, que en su solo tres ediciones se ha convertido en una de las más granadas de su tipo.
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