Formado como diseñador industrial y arquitecto, H.R. Giger como también se le conoció, fue un creador peculiar con un estilo siniestro y oscuro, su obra se caracteriza por ser incómoda, perturbadora, una bizarra mezcla cargada de erotismo de lo tecnológico y lo humano.
Durante la mayor parte de su carrera, trabajó predominantemente con el aerógrafo, lo que le permitía crear sus pinturas sin necesidad de bocetos y las dotaba de un acabado que resaltaba su escalofriante realismo.
Fue Salvador Dalí el encargado de introducir a Giger en el mundo del cine al presentarle al artista chileno Alejandro Jodorowsky, quien buscaba adaptar la novela Dune de Frank Herbert, proyecto que nunca llegó a concretarse.
Dan O’Bannon había participado en el fallido filme de Jodorowsky y quedó cautivado por la obra del artista, por lo cual convenció a Ridley Scott para que Giger diseñara las criaturas y los escenarios de la película Alien (1979) ,de la cual era guionista, nacía así uno de los monstruos más reconocidos de la historia del cine.
Para el filme el artista usó muchos de los diseños que había presentado en Necronomicon, un compendio de sus dibujos que se inspiraba en un grimorio ficticio que el escritor H.P Lovecraft inventó y utilizó como recurso argumental en sus historias.
Por su trabajo en Alien ganó el premio Oscar a Mejores Efectos Visuales junto a Carlo Rambaldi, Brian Johnson, Nick Allder y Denys Ayling.
Su último proyecto en el cine sería de la mano del propio Scott, en el filme Prometheus (2012) para el cual creó exclusivamente murales que aparecían en el mundo extraterrestre de la película.
También incursionó en el mundo de los videojuegos, colaborando en la aventura grafica Dark Seed (1992) y en su secuela Dark Seed 2 (19995), además su obra inspiró directamente el juego de terror Scorn (2022).
Tuvo una estrecha relación con el mundo de la música, pues diseñó la portada de los discos de varios artistas y bandas como: Korn, Danzig, Dead Kennedys, Celtic Frost, Carcass, Magma, Deborah Harry y Emerson Lake and Palmer, entre otros.
H.R Giger falleció en 2014, pero nos dejó un mundo propio y perturbador, espeluznante a la vez que bello y seductor, que lo convirtió en uno de los artistas más famosos de la cultura contemporánea.
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