El Gobierno tomó la decisión tras una reunión de emergencia con los organizadores del evento festivo y los departamentos involucrados en el manejo del incidente, pues todavía está en marcha la recolección del crudo tanto en altamar como en el litoral.
El desfile infantil estaba previsto para mañana, pero a las autoridades les preocupa que la presencia del combustible ponga en riesgo la salud de los menores y espectadores.
Trinidad y Tobago activó la alerta naranja y movilizó a sus fuerzas para limpiar con celeridad el petróleo derramado de un barco que naufragó desde el miércoles.
Esa medida contempla una veda a la navegación y la pesca, así como una mayor asistencia del Gobierno, pues evaluaciones preliminares apuntan a daños en los arrecifes de la bahía de Rockley Bay.
De momento, en las operaciones participan trabajadores de esa agencia y de otras seis entidades estatales, buzos y dos buques especializados, pero se prevé desplegar más personal y equipos.
Igualmente, las autoridades recogen muestras para confirmar la composición del combustible vertido.
La nave está semisumergida, fue identificada con el nombre de Gulfstream, mide casi 330 pies de largo y no tiene matrícula.
Según se supo, fue usada para transportar madera y arena, perdió algunas de sus partes y no había tripulación alguna cuando se volteó en el mar, exactamente frente al parque industrial de Cove Eco.
La nación antillana abrió una investigación sobre el incidente porque nunca se recibió llamada alguna de la embarcación, se desconoce de dónde proviene y cómo llegó a aguas nacionales.
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