En un diálogo con la prensa al terminar las sesiones de una semana, la experta aseveró que es un avance crear grupos de trabajo, es paso a paso dijo en alusión a las marcadas diferencias sobre los procesos de medición y control de sustancias tóxicas en los productos de tabaco.
Se trata de los artículos 9 y 10, que determinan que los integrantes de este mecanismo busquen los caminos dentro de su legislación, para medir la toxicidad de los productos de tabaco, y lograr que esa información llegue a las autoridades y el público.
A preguntas de Prensa Latina sobre la sede de la próxima Conferencia, Blanco precisó que los temas de disenso pasarían a la COP 11, dentro de dos años, a un grupo de expertos y si no hay ofrecimientos de algún país miembro, las sesiones volverían a sede de la OMS en Ginebra, Suiza.
Blanco también refirió que se deben poner límites a la industria tabacalera sobre los daños a la salud humana de sus producciones, uno de los puntos en que hubo consenso.
Diversos estudios de la OMS calculan que el tabaco es causa de muerte de más de ocho millones de personas por año en el mundo, incluyendo 1,3 millones de fumadores pasivos expuestos al humo de otros.
Sin embargo, estiman que la lucha contra el tabaquismo carece de la prioridad que debería tener.
De ahí que la COP10 enfatizara además asuntos como la publicidad, promoción y auspicios de la industria, así como sobre productos emergentes de tabaco, entre otros.
Los cigarrillos electrónicos, cuyo consumo aumenta principalmente entre jóvenes, es un tema que también abordaron las partes en estos encuentros.
Al concluir la COP10 comenzará desde el lunes próximo la tercera conferencia de seguimiento del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco (MOP3) con la participación de casi 70 países.
Este protocolo, en vigor desde el 25 de septiembre de 2018, forma parte del Convenio Marco y busca acabar con la fabricación ilegal y el contrabando de productos de tabaco.
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