En una declaración escrita, el director de la Sala de Prensa vaticana, Matteo Bruni, señaló que el sumo pontífice tuvo una jornada tranquila la víspera, con el proceso clínico esperado, y añadió que ‘los exámenes de sangre son satisfactorios y prosigue los tratamientos prescritos’.
En la tarde, indicó, celebró la Santa Misa en la pequeña capilla privada y en la noche cenó con quienes lo asisten en estos días.
El Santo Padre, tocando con mano humana la dedicación del personal médico-sanitario que lo atiende, dirige un pensamiento particular a quienes con cuidado y compasión eligen el rostro del sufrimiento, involucrándose en una relación personal con los enfermos, sobre todo los más frágiles y vulnerables.
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