En un artículo de fondo en La Jornada, el columnista recuerda que estamos a nueve meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Pareciera que el mundo se está preparando para las implicaciones de una segunda presidencia del multimillonario inmobiliario. La hipótesis de la relección de Trump es probable, máxime cuando la popularidad y aceptación de Joe Biden ha caído a 30 por ciento.
¿Qué le pasa a la democracia estadunidense? ¿Carece de nuevos liderazgos? Se pregunta el autor al considerar que la campaña de 2024 se vuelve más nebulosa que nunca.
Advierte que muchos países, no sólo México, ven con preocupación el regreso al poder de Trump. Ese fue el verdadero tema de Davos, en Suiza.
Para el día de las elecciones de 2024, Trump estará en medio de múltiples juicios penales. No es imposible que pueda ser condenado, en al menos uno de ellos, que le impida contender electoralmente o rendir protesta.
El periodista señala que el electorado se mide por identificación de votantes con un partido y otros aspectos, pero en Estados Unidos se ven obligados a incorporar el religioso y dice que en 2020 el voto casi compacto de protestantes y evangélicos blancos, fue una amenaza para Biden.
Estados Unidos es la nación, en comparación con otros países industrializados, con el mayor nivel de religiosidad. Muy probablemente Trump regrese a discusión los debates sobre el aborto, los derechos LGBTQ, familias igualitarias y la libertad religiosa. Él ha sido consistente al proclamar las demandas conservadoras como política de Estado.
En el fondo, prevalece en Trump el supremacismo blanco. Puede verse desde dos vertientes: una ideología política o religión secular. Dicha supremacía blanca combate a otras etnias como los afroestadunidenses, latinos y judíos.
A escala latinoamericana, dice el analista, la nueva irrupción de Trump favorecerá el desarrollo de la extrema derecha política y religiosa. Trump es padrino político del mexicano Eduardo Verástegui y no debemos extrañar que implante su partido de ultraderecha religiosa.
El fenómeno Javier Milei, en Argentina, y Nayib Bukele, en El Salvador, son incentivos de una nueva gran tendencia en el continente. Trump patrocinó el encuentro de la ultraderecha internacional en México en 2022.
La Conferencia Política de Acción Conservadora congregó a los dirigentes del Vox español, encabezado por Santiago Abascal; Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair Bolsonaro; Ramfis Domínguez-Trujillo, nieto del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo; Steve Bannon, asesor de Trump y difusor de teorías de la conspiración; Ted Cruz, senador republicano ultraconservador; José Antonio Kast, excandidato presidencial de Chile, y muchos otros.
Con Trump florecerá la ultraderecha en el continente, concluye Bernardo Barranco.
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