Esa puede ser una decisión difícil para el mandatario estadounidense, Joe Biden, quien debe determinar si es factible el envío de fuerzas a una nación vecina, mientras retira efectivos de Afganistán, señaló un artículo publicado este domingo en el diario The New York Times.
El gobernante deberá pensar si se mantiene al margen o actúa, dada la incertidumbre sobre quién lidera el país caribeño y sus instituciones ya débiles, así como la posibilidad de un éxodo masivo por mar hacia Florida, subrayó el medio neoyorquino.
De acuerdo con el rotativo, la Casa Blanca no muestra ningún entusiasmo inmediato por mandar fuerzas a Puerto Príncipe -como lo hizo de manera reiterada en otras épocas- y citan a un alto funcionario del Pentágono que asegura no haber planes para brindar asistencia militar en este momento.
Hasta ahora, los funcionarios de la administración solamente confirmaron el envío de agentes del Buró Federal de Investigaciones y del Departamento de Seguridad Nacional para colaborar con las pesquisas del magnicidio ocurrido en la madrugada del pasado miércoles.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, también anunció que mandarán vacunas contra la Covid-19 y entregarán cinco millones de dólares a la Policía Nacional haitiana.
La relación entre Estados Unidos y Haití es espinosa, pues mientras la entonces colonia antillana buscaba su independencia en el siglo XVIII, y lo logró finalmente en 1804, Washington apoyó a los colinialistas franceses por temor de que el levantamiento de los esclavos haitianos sirviera como ejemplo para los estadounidenses.
En el siglo XX llegaron las intervenciones, que según analistas, nunca tuvieron efectos positivos para Haití, primer país del continente en alcanzar la independencia, pero actualmente el más pobre de la región, dependiente de poderes extranjeros y de organismos internacionales.
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