Según el ministro de Seguridad Nacional Fitzgerald Hinds, la policía hasta ahora no encontró ningún elemento que pruebe un vínculo entre ambos incidentes, aunque el lote de drogas llegó a una playa ubicada a solo 250 metros de distancia de donde la nave está semisumergida.
El titular añadió que tampoco hay indicios sobre los posibles traficantes del estupefaciente ni de los propósitos del barco.
Trinidad y Tobago detectó el derrame el pasado día 7, mientras la carga de cocaína fue hallada el domingo último.
La nación antillana sigue en alerta naranja y con sus fuerzas movilizadas para limpiar con celeridad el petróleo vertido del buque de Gulfstream, sin matrícula y semisumergido frente a la costa suroriental de la isla de Tobago.
Dicha medida contempla una veda a la navegación y la pesca, así como una mayor asistencia del Gobierno, ante los daños en los arrecifes de la bahía de Rockley.
Según se supo, el Gulfstream fue usado anteriormente para transportar madera y arena, perdió algunas de sus partes y no había tripulación alguna cuando se volteó en el mar, exactamente frente al parque industrial de Cove Eco.
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, confirmó el ofrecimiento de Guyana, Venezuela y Brasil para apoyar las operaciones de limpieza, pero acotó que su Gobierno hará todo lo posible por evitar más daños e incurrir en gastos adicionales mientras persista la emergencia.
Mencionó que la prioridad inmediata es vaciar los tanques de la embarcación de forma controlada a fin de reducir los riesgos y de conjunto continuar con la búsqueda de los responsables de la tragedia, así como de un remolcador y una barcaza vistos en la zona del desastre.
Rowley, en ese punto, rechazó y calificó de ridículas las acusaciones a su Gobierno de encubrir a la refinería Petrotrin por su supuesta implicación en el hecho.
Igualmente, su administración contratará a expertos extranjeros para sacar del agua al Gulfstream sin mayores complicaciones.
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