A Brasil no le interesa un mundo fracturado e integrantes del encuentro expresaron preocupación por el riesgo de propagación del conflicto hacia otras regiones de Oriente Medio, dijo Vieira en el discurso de clausura de la reunión de cancilleres de las 19 economías más grandes del mundo y la Unión Europea, realizado durante dos días en Río Janeiro.
También fue destacado durante el encuentro el desplazamiento de 1,1 millón de palestinos al sur de la Franja de Gaza, que hubo pedidos de liberación de ayuda humanitaria inmediata y de alto el fuego en el conflicto.
Según Vieira, muchos países se posicionaron contra la ofensiva militar en Rafah y «pidieron que el Gobierno de Israel reconsidere y suspenda inmediatamente» la operación.
La cita de cancilleres del G20 fue ofuscada por la tensión entre Brasil y Tel Aviv después que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva comparó la operación israelí en Gaza al exterminio de judíos en la Alemania nazi.
Tal declaración desencadenó una crisis diplomática que culminó en la reunión entre el embajador brasileño en Jerusalén, Fred Meyer, y el canciller Israel Katz, en el Museo del Holocausto.
Meyer fue llamado de vuelta a Brasil por su gobierno y se reunirá mañana con Vieira.
Vieira aseguró que también hubo unanimidad sobre las prioridades fijadas por Brasil para la presidencia del G20, especialmente sobre acciones concretas para combatir la desigualdad y el hambre.
Este jueves se abordó la reforma de la gobernanza global y «todos coincidieron en que las principales instituciones multilaterales, la ONU, la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entre otras, necesitan reformas para adaptarse a los desafíos del mundo actual», señaló el jefe de la diplomacia brasileña.
La cita, en la que hubo 45 delegaciones de países miembros, marcó las actividades antes de la cumbre del G20 que reunirá a los jefes de Estado y de Gobierno en noviembre, también en la ciudad carioca.
Entre los presentes ahora figuraron el secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, y el canciller ruso, Sergei Lavrov.
Además, asistieron autoridades de naciones invitadas y representantes de 12 organizaciones internacionales.
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