La propuesta gubernamental, que había sido duramente criticada por la oposición y un numeroso grupo de legisladores conservadores, recibió 333 votos a favor y 298 en contra.
La diferencia de apenas 35 sufragios es suficiente, sin embargo, para que el primer ministro Boris Johnson siga adelante con sus planes de destinar este año el 0,5 de por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país a la ayuda internacional para el desarrollo, en lugar del 0,7 por ciento comprometido.
Para convencer a sus correligionarios rebeldes, entre ellos la ex primera ministra Theresa May, el gobernante aseguró a los diputados que Reino Unido retomará el monto anterior una vez que la economía se recupere del impacto causado por la pandemia de la Covid-19.
Estamos de acuerdo en que debemos destinar el 0,7 por ciento de nuestro PIB a la ayuda al desarrollo, la única pregunta es cuándo, afirmó Johnson al inicio del debate parlamentario en la Cámara Baja.
May, quien fue jefa de Gobierno antes de Johnson, le recordó, sin embargo, que con esa decisión, Londres rompía su promesa de ayudar a las personas más pobres del planeta.
No se trata de financiar palacios y proyectos superfluos, se trata de lo que significa recortar esos fondos: menos niñas con educación, más adolescentes hembras y varones convertidos en esclavos, más niños hambrientos y más personas pobres muertas, sentenció.
El líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, apuntó, por su parte, que Reino Unido es el único miembro del grupo de las siete naciones más ricas del mundo que reduce su presupuesto de ayuda al exterior.
Esta no es la visión de la Gran Bretaña global que queremos ver, afirmó.
Organizaciones no gubernamentales e instituciones caritativas, líderes religiosos, como el arzobispo de Canterbury, además de los legisladores de diferentes partidos, también consideran que el recorte de la ayuda contribuirá a exacerbar las penurias de millones de personas en los países pobres, y acentuar el terrorismo, la emigración y el problema de los refugiados.
Aunque el Gobierno británico no ha publicado aún la lista de países e instituciones afectadas, algunos medios de prensa locales aseguran que Siria, Somalia, República Democrática del Congo, Libia, Nigeria y el Líbano perderán más de la mitad del financiamiento para el desarrollo.
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