De acuerdo con el estudio, los especialistas correlacionaron datos históricos del plomo atmosférico con respuestas en cuestionarios de personalidad, aplicados a una muestra de más de 1,5 millones de individuos de Estados Unidos y Europa.
Las evidencias mostraron que los sujetos crecidos con mayores niveles de este elemento en el medio exhibieron menor nivel de consciencia social y pocos rasgos de amabilidad.
Entre los adultos de 20 y 30 años se encontraron más neuróticos que los que estuvieron menos expuestos al plomo de esa misma generación, agregaron los expertos.
‘Estos tres rasgos, concienciación, amabilidad y bajo neuroticismo, conforman una gran parte de lo que consideraríamos una personalidad madura y psicológicamente sana y son fuertes predictores de éxito o fracaso en las relaciones y en el trabajo’, subrayó Ted Schwaba, especialista estadounidense asociado a la investigación.
Para comprobar los resultados encontrados en la población de Estados Unidos, los investigadores ampliaron la muestra a comunidades europeas, y descubrieron que en zonas con más plomo atmosférico se repetían los hallazgos en temas de amabilidad y neuroticismo, aunque aquellos asociados a la falta de conciencia social no se lograron probar.
‘Aunque hoy en día hay mucho menos plomo en la atmósfera, permanece en las tuberías, la capa superficial del suelo y las aguas subterráneas.
Desde un punto de vista económico, de justicia social, o realmente desde cualquier punto de vista, es increíblemente importante limitar la exposición al plomo tanto como sea posible’, puntualizó Schwaba.
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