No tenemos en la agenda el envío de tropas al país caribeño en este momento, aseguró el mandatario en una rueda de prensa en la Casa Blanca luego de un encuentro este jueves con la canciller federal alemana, Angela Merkel.
La semana pasada, tras el asesinato del presidente haitiano, Jovenel Moïse, viajaron a Puerto Príncipe agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y representantes del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense para colaborar con las investigaciones.
La relación entre estos dos países es espinosa, pues mientras la nación caribeña buscaba su independencia en el siglo XVIII, Washington apoyó a los franceses por temor a que el levantamiento de los esclavos haitianos sirviera como ejemplo para los estadounidenses.
Años más tarde llegaron las intervenciones estadounidenses, que según analistas, nunca tuvieron efectos positivos para Haití, primer país de América Latina y el Caribe en alcanzar la independencia, pero actualmente el más pobre de la región, dependiente de poderes extranjeros y de organismos internacionales.
Este jueves, el diario The Washington Post reveló que algunos de los colombianos detenidos por participar en el asesinato de Moïse recibieron entrenamiento militar de Estados Unidos mientras se desempeñaban como miembros activos del ejército de su país de origen.
La Policía Nacional de Haití arrestó hasta la jornada de hoy a 23 personas, otras seis se encuentran prófugas de la justicia y tres murieron durante los enfrentamientos con las fuerzas del orden público.
El mandatario haitiano recibió en la madrugada del 7 de julio un total de 12 proyectiles en su dormitorio, mientras su esposa Martine Moïse resultó gravemente herida y se recupera en condición estable en un hospital de Miami, Florida.
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