Simplemente no se realizó el pronunciamiento que correspondía hacer en las primeras horas de este miércoles, indicaron fuentes tanto de la cancillería mexicana como de la embajada de Estados Unidos en México, ni tampoco en la sede de este país en Washington.
En realidad, indicaron, no se vislumbraba la apertura, sino una nueva extensión del actual estatus. La última extensión impuesta por las autoridades estadounidenses en junio pasado vencía hoy.
El cierre prohíbe actividades no esenciales como el turismo, eventos culturales o juegos de azar y sólo permite el cruce hacia territorio estadunidense desde México a ciudadanos o residentes permanentes de Estados Unidos.
Después de una larga espera de más de 16 meses, autoridades estadounidenses locales y empresarios fronterizos pidieron al gobierno de Joe Biden que levante las restricciones para afrontar la crisis económica que el fenómeno acarreó en la zona.
Empresarios de ambas partes de la frontera denunciaron que las principales economías binacionales se encuentran heridas de muerte por las restricciones sanitarias que han generado una crisis económica derivada de la falta de turismo mexicano de lado estadunidense.
Economía estancada, negocios cerrados, garitas vacías son la constante, añadieron, a pesar de que México cumplió el programa transfronterizo de vacunación que arrancó conjuntamente por San Diego, en Estados Unidos, y Ciudad Juárez, en México, en el área binacional californiana.
Tal acción la anunciaron como la solución para reabrir la frontera, aunque sea en esas dos ciudades, y lograr reactivar la economía paulatinamente, pero todavía no hay una decisión firme de lo que se va a hacer.
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