Para corroborar esta hipótesis, investigadores del Centro de Bioinformática Grainger de Field en Chicago analizaron el ADN de un espécimen azul Xerces de 93 años y confirmaron que se trataba de una especie única, desaparecida a causa de la acción del hombre en la naturaleza.
‘Esta mariposa fue vista por última vez batiendo sus alas iridiscentes en San Francisco a principios de la década de 1940’, apuntaron los expertos.
Asimismo, recalcaron que el ejemplar constituye el insecto más emblemático para la conservación porque es el primero de América del Norte en sufrir las acciones devastadoras de los humanos hasta lograr su extinción.
‘Estamos en medio de lo que se llama el apocalipsis de los insectos: se detectan disminuciones masivas de esas especies en todo el mundo, y su desaparición tiene enormes implicaciones en el funcionamiento de los ecosistemas’, recalcó Corrie Moreau, una de las investigadoras del estudio en el Museo Field de Chicago.
La indagación señaló que cada insecto es realmente la base de la salud de muchos ecosistemas.
‘Dichos animales oxigenan el suelo, lo que permite que las plantas crezcan, y esto alimenta a los herbívoros, que a su vez alimentan a los carnívoros. Cada pérdida de un insecto tiene un enorme efecto dominó’, concluyeron
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