Zhao Lijian, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, valoró como ‘una interacción diplomática importante’ la reciente visita de la subsecretaria norteamericana de Estado, Wendy Sherman, pero afirmó que todavía queda la interrogante sobre el rumbo de los nexos.
‘Existe la gran pregunta si los lazos bilaterales conducirán al conflicto o la confrontación, a la mejoría o al desarrollo’, remarcó, al instar a la Casa Blanca a pensar con cuidado al respecto y tomar la decisión correcta.
Según el funcionario, tanto el canciller Wang Yi como el viceministro Xie Feng dejaron claro la posición de China, rechazaron el empeño por demonizarla a los ojos del mundo y también cualquier acto de acoso, opresión o destinado a contener su progreso.
Exigieron cero injerencia en asuntos internos, frenar señalamientos infundados en temas como el origen del coronavirus SARS-CoV-2, ataques cibernéticos y la situación en Hong Kong, Xinjiang, Taiwán o el mar Meridional.
También demandaron fin de las sanciones unilaterales, aranceles adicionales y leyes extraterritoriales contra las empresas, además de las restricciones de viajes y rechazo de visas a estudiantes y funcionarios chinos.
‘Las diferencias y encuentros con tensión son comunes en la diplomacia. Ambas partes creen que la reunión y las pláticas fueron cándidas y constructivas. Acordaron mantener la comunicación y diálogos más francos y sinceros’, acotó.
La subsecretaria del Departamento de Estado es la figura de más alto rango que visita China desde la llegada de Joe Biden a la presidencia y, según trascendió, su meta era definir parámetros con los anfitriones para evitar un deterioro de las relaciones con implicaciones peligrosas.
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