Ese será el resultado de una nueva estrategia migratoria del presidente Joseph Biden en medio de críticas de republicanos y demócratas sobre su gestión de la problemática a medida que se incrementa el arribo de personas por el límite con México.
El plan de 21 puntos publicado este martes por la Casa Blanca critica las políticas del expresidente Donald Trump en materia migratoria y advierte que un cambio no se logrará ‘de la noche a la mañana’.
Con esas medidas, la actual administración autoriza a los oficiales de asilo a pronunciarse sobre la entrada al país, con lo cual los solicitantes no tendrán que esperar por los tribunales de inmigración, que tienen acumulados más de 1,2 millones de casos.
Por tanto, quienes sean rechazados serán deportados más rápidamente a sus países de origen.
Cerca de 189 mil inmigrantes fueron detenidos en junio pasado, lo que representó un alza del 4,5 por ciento respecto al mes anterior, cuando se reportó el mayor número de solicitantes de asilo en más de dos décadas.
Ante la avalancha el ejecutivo incluyó mil 200 millones de dólares en el proyecto de presupuesto para el venidero año fiscal con el fin de modernizar los controles en los puntos de ingreso a Estados Unidos.
Esas mejorías permitirán reducir el atraso en los trámites y cumplir con la meta del gobierno de aceptar hasta 125 mil refugiados cada año, indicó el secretario de Seguridad Nacional estadounidense Alejandro Mayorkas,.
El gobierno de Biden aboga por ese plan en aras de implementar una migración ‘justa, ordenada y humana’ en Centroamérica, mientras respecto a Cuba, Washington alienta la inmigración irregular, con medidas coercitivas que estimulan a las personas a lanzarse al mar con peligro para sus vidas, denuncian las autoridades de la isla caribeña.
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