Aunque algunos estados anunciaron planes para reabrir las clases de noveno a duodécimo grados, aún no se sabe cuándo podrán volver a sus aulas los infantes más pequeños debido a la pandemia, indicó el portal Scroll.
Este retraso escolar tiene consecuencias catastróficas para la infancia india, apuntan educadores y activistas de los derechos del niño.
La mayoría de los pequeños carecen de un aprendizaje formal desde hace más de un año, señaló un informe de Unicef publicado en marzo pasado.
Según el reporte, solamente uno de cada cuatro niños indios tiene acceso a dispositivos digitales y conectividad a Internet para la educación en línea, e incluso las escuelas carecen de infraestructura para transmitir las lecciones digitalmente.
Antes de la pandemia, menos del 12 por ciento de las escuelas públicas tenían instalaciones de internet y menos del 30 por ciento contaba con ordenadores funcionales, según datos del Ministerio de Educación.
Algunos estados del país transmitieron clases por televisión, pero los educadores dijeron que esos esfuerzos no tuvieron éxito en mantener a los niños comprometidos.
Una investigación entre 16 mil alumnos de segundo a sexto grado en mil 137 escuelas públicas halló que el 92 por ciento de los estudiantes perdió al menos una habilidad lingüística específica y el 82 por ciento olvidó al menos una habilidad matemática en comparación con años anteriores.
El 80 por ciento de los padres dijo que sus hijos no recibieron ninguna educación durante el cierre, mientras cuatro de cada cinco estudiantes tampoco recibió sus libros de texto del año académico 2020-21, y más de un tercio de los niños careció de la comida del mediodía pese a las órdenes del gobierno.
La mayoría de los profesores dijeron que tuvieron dificultades para enseñar a través del medio digital y temían que el 30 por ciento de los alumnos no regresaran a clases una vez reabiertas las escuelas.
Igualmente, la pérdida de puestos de trabajo, los recortes salariales y la reducción del nivel de ingresos dificultan a los padres el pago de las cuotas de las escuelas privadas.
También, los niños de familias acomodadas luchan contra el agotamiento por pasar largas horas frente al ordenador.
Una encuesta virtual en edades de cinco a 18 años halló que una cuarta parte se quejó de frecuentes dolores de cabeza, tensión en los ojos, oídos, cuello, hombros y espalda.
Asimismo, un estudio en el estado de Tamil Nadu reveló que el trabajo infantil aumentó 280 por ciento entre las familias vulnerables.
Activistas afirman que el retraso en la reapertura de las aulas amenaza los avances logrados en la reducción de la desnutrición infantil, el trabajo infantil y el matrimonio infantil, con graves consecuencias sociales, culturales y económicas.
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