La nación indochina mantuvo controlada la pandemia hasta abril, pero en mayo las estadísticas comenzaron a repuntar y en los dos meses siguientes y en lo que va de este cobraron dimensiones inusitadas bajo la variante Delta del nuevo coronavirus.
Durante la tercera y actual oleada del SARS-CoV-2 fueron reportados el 95 por ciento de los casos (672 mil 385) y el 99 por ciento de los decesos (cinco mil 503).
A inicios de mes, la situación epidemiológica forzó al gobierno a extender por otros 15 días las medidas de confinamiento en esta capital y 28 de las 77 provincias del país.
Las restricciones incluyen el toque de queda desde las 21 horas, la limitación de reuniones a cinco personas y el cierre de restaurantes, parques, centros comerciales y establecimientos de recreación.
En decisiones de emergencia, las autoridades sanitarias habilitaron hospitales de campaña en parqueos, vagones de ferrocarril y contenedores, y enviaron desde Bangkok a otros territorios una cierta cantidad de pacientes con síntomas leves de la enfermedad.
Otro problemas es la lentitud de la campaña de vacunación por falta de inyectables: solo el seis por ciento de la población recibió dos dosis y el 21 por ciento una.
En medio de ese escenario, la semana pasada y por tercera vez en el año, el Ministerio de Finanzas redujo su pronóstico de crecimiento económico del 2,3 al 1,3 por ciento.
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