Recientemente, el portavoz del secretario general de la ONU, Stephane Dujarric, manifestó gran preocupación por el escenario de inseguridad e incremento de los combates, y demandó mayor protección para los civiles.
El vocero expresó inquietud por la seguridad de las personas en Lashkargah, al sur de ese país, donde decenas de miles podrían quedar atrapadas por las confrontaciones.
Los colegas humanitarios de la ONU indican que en las localidades de Helmand y Kandahar también hay informes sobre el aumento de víctimas civiles, destrucción o daños a viviendas, así como a infraestructura crítica, incluidos hospitales, indicó Dujarric.
Actualmente, agregó, los centros asistenciales y los trabajadores de la salud en Afganistán están abrumados por el elevado número de heridos, en tanto los ataques a esas instalaciones durante la primera mitad de 2020 privaron 200 mil afganos del acceso a la atención básica.
‘Instamos a las partes en el conflicto a proteger a los civiles, los trabajadores humanitarios y la infraestructura civil, incluidas escuelas y hospitales’.
Naciones Unidas, junto a sus socios humanitarios, evalúan las necesidades en la región del sur y ofrecen asistencia, a medida que lo permita el acceso, indicó el vocero.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia alertó de la terrible violencia que enfrentan los niños en ese país.
Según cifras de ONU, desde principios de este año casi 360 mil personas fueron obligadas a desplazarse por el conflicto en Afganistán, un total que asciende a millones de personas desde el año 2012.
Por su parte, las tropas estadounidenses continúan con la retirada total de ese territorio casi dos décadas después de su intervención, mientras la violencia alcanza registros sin precedentes y aumentan las víctimas civiles, destacan reportes prensa.
El movimiento talibán tomó el control de más de 50 comunidades y tiene bajo su poder 118 de los 407 distritos del país, mientras otros 190 se encuentran en disputa, indican medios locales.
La guerra de Estados Unidos en Afganistán comenzó en octubre de 2001, luego de los ataques a las Torres Gemelas, en Nueva York, y el inicio de la invasión anglo-norteamericana a la empobrecida nación centroasiática.
De acuerdo con analistas internacionales, la agresión de las tropas estadounidenses y de la OTAN agudizó la situación de inestabilidad política, económica y social en ese país, en el cual aumenta el accionar de agrupaciones terroristas.
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