Autoridades locales también movilizaron a 25 mil policías, trabajadores de emergencia, vehículos y drones para vigilar a los animales, y de conjunto dejaron 180 toneladas de alimentos con el objetivo de evitar que ataquen a la población.
Además, emplean cercas eléctricas, cebos y varios dispositivos para guiarlos de vuelta a la reserva en el sur de Yunnan, que abandonaron en marzo de 2020.
La manada de 14 elefantes asiáticos salvajes recorrió miles de kilómetros de distancia y dejó millonarios daños a su paso por áreas habitadas de la provincia.
Solo en junio pasado entraron a un poblado periférico de la ciudad de Kunming, ingresaron a varias viviendas en busca de comida y agua, y arrasaron con muchas cosechas. Esas afectaciones se calculan en un millón de dólares.
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